La exposición de Fernando Mardones ofrece una magnífica ocasión para sumergirnos en el medio de la imagen múltiple y sus infinitas posibilidades en relación con la fotografía, tal y como asegura la comisaria de la muestra. Esta perfecta comunión nos recuerda por qué grabamos: para recordar, porque los recuerdos que perduran -en palabras del artista- son los que están grabados hondamente y registrados como huellas, antes de evaporarse en la fragilidad de la memoria.