Cuando Tim Lake cumple 21 años descubre que puede viajar en el tiempo. Su padre le cuenta que todos los hombres de la familia han tenido desde siempre ese don, el de regresar en el tiempo a un momento determinado, una y otra vez, hasta conseguir hacer "lo correcto". Así pues, Tim decide volver al pasado para intentar conquistar a Mary, la chica de sus sueños. Sin embargo, también descubre que su habilidad especial no puede protegerle de los problemas diarios de la vida.
Unos actores poco conocidos pero perfectos en sus cometidos, un guión en apariencia ligero pero que aborda temas trascendentes y llenos de emoción y verdad, algunas dosis de fantasía, y la dirección impecable de Richard Curtis (director de Love Actually y guionista de Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill), hacen de Una cuestión de tiempo una película divertida, desbordante, optimista y radiante.